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La distribución de la riqueza

La distribución de la riqueza

La distribución de la riqueza

La distribución de la riqueza en la economía es el estudio de cómo se reparten los recursos económicos entre los diferentes individuos y grupos sociales. Este tema ha sido objeto de estudio y controversia desde los mismos inicios de la Economía como ciencia siendo uno de los ejes de las propuestas de escuelas económicas como la Clásica, la Marxista y la Economía del Bienestar, entre otras.

En el año 2018 el1% más rico de la población poseía el 50% de los recursos del planeta, quedando, por tanto, el otro 50% de los recursos para el 99% restante de la población. ¿Te parece justa esta distribución?
La respuesta varia en función de nuestra ideología y juicios de valor. Veamos.

La distribución de la riqueza puede verse como un fallo del mercado, es decir, una situación en la que el mercado no asigna los recursos de manera eficiente y equitativa, generando desigualdades económicas y sociales. Y digo “puede verse” porque la equidad es un principio ético de las sociedades actuales, pero no siempre ha sido así. A un señor feudal del siglo XIII hablarle de equidad habría hecho que le explotara la cabeza por considerarlo algo antinatural. A un empresario de la Revolución Industrial en el siglo XVIII le hubiera provocado risa, cuando se consideraba que los trabajadores debían sobrevivir con los salarios de subsistencia.

La equidad es un valor moral que se basa en el principio de la justicia distributiva, que busca asignar los recursos y las oportunidades de forma equitativa entre los miembros de una sociedad. La equidad también implica el reconocimiento y la valoración de la diversidad, la inclusión y la participación de todos los grupos sociales en la toma de decisiones que les afectan. Las sociedades desarrolladas se caracterizan por tener un alto nivel de bienestar económico, social y ambiental, así como por garantizar el acceso universal a los derechos humanos, la educación, la salud, la cultura y la democracia. Podemos decir que la equidad es un valor esencial en el progreso de las sociedades desarrolladas y el sostenimiento de la paz. Incluso Adam Smith, considerado padre del liberalismo económico, afirmó en su conocida obra “La riqueza de las naciones

No society can surely be flourishing and happy, of which the far greater part of the members are poor and miserable

“Ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros es pobre y miserable”

Además de ser un valor esencial en términos de progreso, algunos economistas lo consideran imprescindible para el propio funcionamiento de la economía de mercado.

Un ejemplo es el premio Nobel Joseph Stiglitz. Según Stiglitz, la desigualdad es una de las principales causas de la crisis económica y social que afecta al mundo, y también un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo sostenible. Stiglitz llega a afirmar que “la equidad no es solo un imperativo moral, sino también un requisito económico”.

Partiendo de esta visión de la equidad, se suele considerar a la desigual distribución de como un fallo del mercado. De hecho que la tendencia a la desigualdad es inherente al propio sistema de economía de mercado. Algo debatible, pero la evidencia parece apuntar a que así es y tiene cierta lógica que así sea. En el sistema de mercado las empresas compiten con otros oferentes por copar el mercado, por ampliar sus cuotas de mercado. Eso les lleva a una carrera por la innovación para conseguir aumentos de eficiencia y productividad y acaba produciendo lo que Schumpeter llamó “la destrucción creadora”, por la cual, las empresas menos productivas son excluidas del mercado dejando espacio a las empresas que si lo son. De esta forma, es fácil concluir que las empresas tenderán a aumentar cada vez más su tamaño y afectar al poder de negociación, tanto con sus clientes en el mercado de bienes, como con sus trabajadores en el mercado de factores, empujando las rentas a la baja.

El economista francés Thomas Piketty, autor del famoso libro “El capital en el siglo XXI”, en el que analiza la evolución histórica de la desigualdad económica y sus consecuencias sociales y políticas. Piketty muestra que la concentración de la riqueza en pocas manos es una tendencia inherente al capitalismo, que solo se ha visto interrumpida por eventos catastróficos como las guerras mundiales o la Gran Depresión. Piketty advierte que si no se toman medidas correctivas, como un impuesto global a la riqueza o una mayor cooperación internacional, la desigualdad seguirá aumentando y pondrá en peligro la estabilidad y la democracia.

¿Cómo se mide la desigualdad?

Este análisis se lleva a cabo desde diferentes enfoques: geográfico-espacial, funcional, sectorial y personal.

Desde el enfoque geográfico-espacial …

Se intenta medir las diferencias de renta entre los habitantes de diferentes regiones o áreas geográficas. Un desarrollo económico que implique crecientes desigualdades regionales constituye, desde diversas perspectivas, un elemento desvertebrador. Los resultados de este tipo de estudios pueden ser presentados en una tabla de datos o representados en un mapa. Es habitual en la prensa y los libros de texto ver los mapas de desigualdad de la ONU de su Informe anual de Desarrollo Humano. Echa un vistazo a este mapa del INE y saca conclusiones sobre la distribución de la renta en España.

Desde el enfoque funcional …

Se centra en las rentas según el tipo de factor. Así, se suele estudiar la parte de la renta nacional percibida por los trabajadores y por los propietarios del capital. El interés de esta clasificación no es solo por sus implicaciones en cuanto a la equidad, sino por su relación con aspectos como el coste de la mano de obra, la rentabilidad del capital o la productividad. Echa un vistazo a esta gráfica sobre la distribución en España en los últimos años.

Desde el enfoque sectorial …

Se agrupan las rentas por sectores de actividad o industrias. Aunque no es estrictamente un análisis sectorial, sí que está relacionado y creo que es interesante que veas esta gráfica con los niveles de salario según el nivel formativo. Igual consigo motivarte un poco a estudiar.

Desde el enfoque de la distribución personal

Se centra en el reparto de la renta entre los individuos o las familias, sin tener en cuenta el origen de los ingresos. Para su análisis suele recurrirse a la curva de Lorenz y al índice o coeficiente de Gini.

Curva de Lorenz

La curva de Lorenz muestra la relación entre los grupos de población y sus respectivas participaciones en la renta nacional. Así, si representamos en el eje de abscisas el porcentaje de población ordenada de menor a mayor renta, y en el eje de ordenadas el de renta acumulada, la diagonal trazada en los 45° muestra una distribución totalmente igualitaria de la renta de forma que el10% de la población tendrá el10% de la renta; el 20% de la población el 20%, y así hasta el100%.

Lo habitual es que la curva de Lorenz esté alejada de la diagonal principal, por lo que cuanto más alejada, mayor será la desigualdad en la distribución.

Veamos algunos casos reales. En esta gráfica se muestran las curvas de Lorenz de España en los diferentes años identificados en la leyenda. Podemos ver que 2006 es el año en el que España alcanzó una mayor desigualdad y los años 1987, 1990 y 1996 aquellos en los que la renta en España estaba más equitativamente distribuida.

Coeficiente de Gini

Sin duda, la medida más empleada es la ideada en 1912 por el sociólogo y estadístico italiano Corrado Gini, llamada índice o coeficiente de Gini en su honor. El índice de Gini o coeficiente de Gini es una medida económica que sirve para calcular la desigualdad de ingresos que existe entre los ciudadanos de un territorio, normalmente de un país, y esta es su fórmula de cálculo.

¡Tranqui tronco! Vamos a quedarnos con lo más importante. Esa expresión resulta en valores entre cero y uno de forma que:

Hay una forma de interpretarlo gráficamente a partir de la curva de Lorenz ya que se puede obtener por el cociente entre la superficie comprendida entre la curva de Lorenz y la recta de equidistribución, con la superficie del triángulo bajo dicha recta.

Es decir, cuanto menor sea el área de concentración, menor será la concentración de la riqueza y menor será el coeficiente. Por tanto, cuanto más equitativa es la distribución de la renta en un país, más se acerca a cero el coeficiente de Gini. Echa un vistazo a esta gráfica del INE que muestra el los valores del índice de Gini por localidades. Activa la leyenda para poder ver los datos que, en este caso se muestra entre 0 y 100.

Y ¿Qué hacemos?

Históricamente podemos destacar tres posturas frente a la equidad:

  • La primera postura queda recogida por los libertarios, que sostienen que el intento de redistribuir la renta atenta contra el derecho fundamental de la propiedad privada y defienden la no intervención del Estado.
  • La segunda viene de manos de los colectivistas, que anteponen el bienestar social al individual y proponen que todo sea de todos y que el Estado intervenga dando prioridad a la mayoría.
  • La tercera es la socioliberal, la economía del bienestar, que defiende la propiedad privada como un medio, no como un fin, y argumenta que el Estado debe intervenir para mejorar el bienestar de los individuos.

Podemos ver que la actuación de los mercados rara vez conduce a un reparto equitativo de la riqueza, más bien todo lo contrario. Lo habitual es que determinados agentes vayan ganando en tamaño y control, y cada vez acumulen más riqueza. Solo tenemos que echar un vistazo al tamaño de las empresas tecnológicas de hoy en día. El valor en bolsa de Apple equivale al PIB de Egipto, Sudáfrica y Kenia juntos. Dicho de otra forma, una empresa que tiene el tamaño de 3 países de cierta importancia. Siendo la reducción de desigualdades un objetivo de las sociedades actuales, las intervenciones de las administraciones públicas estarían justificadas.

¿Qué puede hacer el Estado?

El Estado interviene en estos caso asumiendo su función redistributiva a través de la gestión del sistema impositivo, los impuestos, y de las políticas de gasto público. Ya veremos en otro artículo que estas políticas se articulan a través del Presupuesto General del Estado (PGE), pero vamos a adelantar algunos aspectos básicos.

  • Ingresos públicos: el Estado detrae impuestos de las rentas de los agentes económicos. Aplicando el principio de equidad, el sostenimiento del gasto público debe ser financiado por todos los ciudadanos en función de su capacidad económica, es decir, quien más tiene, más debe aportar.
  • Gasto público: los impuestos recaudados son destinados a la provisión de bienes y servicios públicos, a muchos de los cuales se accede en función de la capacidad económica.

De esta forma el Estado lleva a cabo su función redistributiva, el proceso mediante el cual el Estado vuelve a distribuir, de acuerdo con el principio de equidad, fondos que previamente fueron asignados por el mercado a ciudadanos con alta capacidad económica.
Cuando el Estado concede becas de estudio para los hijos de aquellas familias cuyos ingresos, por ejemplo, no superen los 15000 € anuales, está redistribuyendo la renta del país. Cuando el Estado establece un Salario Mínimo Interprofesional , las subvenciones para la creación de empresas o sostiene la Seguridad Social, está redistribuyendo la renta del país.

Te dejo unas cuantas películas que tratan esta temática y que te pueden ayudar a reflexionar y afianzar lo que has aprendido.

Y tú, ¿Qué opinas?

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A otra cosa mariposa ...

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