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¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? ¿Quién crees que soy?

Difícil responder a estas preguntas, ¿verdad? Normal. Vamos a intentar poner un poco de orden y reflexionar para dar una respuesta.

La identidad personal es un concepto complejo que se refiere a la suma de características que nos hacen únicos y diferentes a los demás. Es decir, es lo que nos define como individuos. Podemos decir que la identidad personal se compone de tres elementos:

  • El yo real, la imagen que tenemos de nosotros mismos, basada en nuestras experiencias, habilidades, fortalezas y debilidades. Es decir, es la imagen que tenemos de nosotros mismos, nuestro autoconcepto.
  • El yo ideal, la imagen que nos gustaría tener de nosotros mismos y que, de alguna manera, concreta nuestras aspiraciones.
  • El yo social, la imagen que los demás tienen de nosotros basada en cómo nos ven y cómo interactuamos con ellos.

La identidad personal se estructura en torno a estos tres elementos, y cada uno de ellos influye de nuevo en cada uno de ellos. Ya te decía que era algo complejo esto de la identidad personal. Veamos algunos ejemplos.

Juan, que tiene una baja autoestima y se siente inseguro acerca de sí mismo encuentra dificultades para relacionarse con los demás y puede sentirse excluido o marginado. Por otro lado, Pedro, que tiene una alta autoestima y se siente seguro de sí mismo, es más probable que tenga relaciones sociales saludables y satisfactorias que refuercen su seguridad. Vemos como el yo real condiciona el yo social en cada caso, y viceversa. Juan, al sentirse excluido, es probable que aumente su inseguridad.

Es importante tener en cuenta que el yo real casi nunca es una percepción precisa de nosotros mismos, lo normal es que esté influenciado por nuestras emociones, pensamientos y experiencias pasadas, sin embargo, nuestro autoconcepto afecta a nuestra autoestima y nuestra capacidad para interactuar con los demás condicionando nuestro yo social.

Todas esas visiones del yo descansan sobre una serie de conceptos fundamentales para nuestra identidad y a lo que cada uno de nosotros damos una mayor importancia. Destacaría los siguientes:

  • Organismo: nuestra fisionomía, rasgos físicos, complexión, altura, color de pelo u ojos, etc.
  • Personalidad: la forma en que nos relacionamos con los demás, nuestras formas o modales, la energía que transmitimos, etc.
  • Memoria: nuestro recuerdos, felices y traumáticos, experiencias y emociones que desencadenaron, etc.
  • Valores: lo que nos ayuda a identificar lo que está bien o mal, ese conjunto de normas internas no escritas, casi siempre asimiladas por imitación de nuestros seres queridos, familia, amigos, y hasta profes.
  • Destrezas y habilidades: la forma en que afrontamos los retos del día a día, esas herramientas que ponemos en uso para salir airosos de los problemas que se pueden plantear, etc.

Como escribía más arriba, cada uno de nosotros da una importancia diferente a cada uno de los conceptos que acabo de mencionar. Puede que el aspecto físico sea superimportante para ti y no lo sea tanto para mi. Puede que tus valores y personalidad sean determinantes para que te considere un amigo y puede que para ti no sean nada importantes. Menudo lio, ¿eh?

Evolucionamos nosotros, evoluciona nuestra identidad personal

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que la identidad personal no es algo fijo o inmutable, sino más bien todo lo contrario, está en constante evolución a lo largo de nuestra vida. Tendemos a creer que nuestra identidad personal es inmutable. Cuántas veces hemos escuchado expresiones como: “es que él es así”, “las personas no cambian”. Sin embargo, solo tienes que revisar algunas viejas conversaciones en tu chat de Instagram o WhatsApp y es probable que te sientas sorprendida o incluso avergonzada de ese viejo yo.

La identidad personal es un concepto dinámico que evoluciona a lo largo de la vida, se ve influenciada por una variedad de factores, como la sociedad, la familia, la cultura, la ubicación geográfica, nuestra propia madurez física, , los medios de comunicación, los intereses personales y los eventos de la vida.

La sociedad en la que vivimos influye en nuestra identidad personal al establecer normas y expectativas sociales que pueden afectar nuestra forma de pensar y de comportarnos. La familia también juega un papel importante en la formación de nuestra identidad personal, ya que nos proporciona un sentido de pertenencia y nos enseña valores y creencias importantes.

La cultura y la ubicación geográfica también influyen en nuestra identidad personal al exponernos a diferentes formas de vida, costumbres y tradiciones. Las oportunidades que tenemos a lo largo de la vida, como la educación, el empleo y las relaciones personales, también pueden influir en nuestra identidad personal.

Otra fuente de cambio son los medios de comunicación también pueden afectar nuestra identidad personal al exponernos a diferentes ideas, perspectivas y formas de vida. Entenderás la importancia de elegir bien donde nos informamos, a qué medios recurrimos. Tik Tok e Instagram no son fuentes fiables de información.

Nuestros intereses personales también pueden influir en nuestra identidad personal al determinar las actividades que disfrutamos y las personas con las que nos relacionamos. Y finalmente, los eventos de la vida, como el nacimiento de un hijo o un hermano, el fallecimiento de un ser querido o una experiencia traumática, también pueden influir en nuestra identidad personal al cambiar nuestra perspectiva sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea.

Mi taburete está cojo

De forma alegórica, me gusta ver la identidad personal como un taburete y esper que a ti también te ayude a verlo algo más claro.

Mi taburete tiene 3 patas, mi yo real, yo ideal y yo social. Y la longitud de cada una de esas 3 patas depende algunos palos de madera que he ido pegando. Cada uno de esos palos son mi organismo, mi personalidad, mis recuerdos de experiencias vividas, mis valores y mis destrezas y habilidades.

Mi taburete tiene 3 patas, mi yo real, yo ideal y yo social. Y la longitud de cada una de esas 3 patas depende algunos palos de madera que he ido pegando. Cada uno de esos palos son mi organismo, mi personalidad, mis recuerdos de experiencias vividas, mis valores y mis destrezas y habilidades.

Si la longitud de las 3 patas es la misma o al menos similar, mi taburete será estable. Podré sentarme tranquilamente y no perderé el equilibrio aunque algo o alguien pase cerca y me de un empujón queriendo o sin querer. Pero, ¿Qué pasa si mi taburete está cojo? ¿Qué pasa si hay mucha distancia entre lo que yo soy, lo que quiero ser y lo que los demás ven en mi?

¿Y tu taburete?

Te invito a reflexionar para conocerte un poco mejor y te doy algunas pistas para guiarte.

  1. ¿Qué tramos de cada pata son los más largos para ti? Es decir, ¿a qué elemento de tu identidad das más importancia? ¿Cuál crees que te caracteriza? ¿Por qué?
  2. Completa la siguiente tabla:
    ¿Qué soy?¿Qué ven los demás?¿Qué quiero ser?
    Organismo
    Personalidad
    Recuerdos
    Valores
    Destrezas
  3. ¿Dónde cojea mi taburete? ¿Hay algún tramo de la pata que me genere desazón o pesadumbre? ¿Cuál?
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