El prototipado es el proceso de crear una versión inicial de un producto con una mínima inversión de tiempo y dinero, con el objetivo de probar y validar su funcionalidad y diseño antes de la producción final.
El prototipado tiene una gran utilidad ya que nos ayuda a validar si nuestra idea tiene sentido, y saber si el producto será demandado por los clientes. Al crear un prototipo, se puede identificar y corregir problemas de diseño o funciones antes de que el producto sea lanzado al mercado y así ajustarlo a las necesidades de los clientes.
Algunas de las ventajas de realizar un prototipado son:
- Previsión de la futura inversión, como costes de producción, material requerido y duración estimada del proceso de fabricación.
- Obtención de información de los clientes potenciales a través de encuestas y pruebas con los futuros consumidores.
- Minimiza los riesgos, puesto que con las pruebas realizadas se comprueba su funcionalidad y utilidad, y por ello aporta una garantía de éxito del producto.
- Posibilidad de efectuar mejoras en el producto gracias a propuestas recibidas por los clientes durante las pruebas o por ajustes de maquinaria. Siempre hay margen de mejora.
- Detección de errores que puedan surgir del diseño y capacidad para cambiarlo a tiempo, adoptando el prototipo a lo que demanden los usuario. Se descubren posibles problemas que ayudan para validar adecuadamente el producto y la posibilidad de explorar nuevas soluciones y aplicaciones hasta conseguir el prototipo definitivo.
- Al ir conociendo las características que tendrá el producto, se puede planificar las estrategias de marketing y comercialización.
- Mejora la calidad del producto.
- Flexibilidad a la hora de probar y fallar para validar el producto.
- Facilidad para conseguir inversores, ya que con el prototipo y su diseño aumentan las posibilidades para que inviertan empresas externas.
En resumen, el testeo de prototipos permite resolver y evaluar muchos problemas antes de fabricar y comercializar el nuevo producto.