Los individuos satisfacen sus necesidades mediante el consumo de bienes y servicios. Generalmente, los recursos disponibles en la naturaleza no tienen la capacidad de satisfacer de forma directa las necesidades, sino que requieren de algún grado de transformación. Dicha transformación es lo que en economía se denomina proceso de producción, que recae sobre los productores o empresas en su función productiva, encargados de aplicar la tecnología que consideren más eficiente para combinar el uso de diferentes factores de producción y obtener bienes y servicios aptos para el consumo.
Los factores de producción se clasifican habitualmente como sigue:
- Recursos naturales: tierra cultivable, materias primas, pesca, suelo urbanizable, etc.
- Trabajo: es el esfuerzo humano, físico e intelectual, aplicado a la producción.
- Capital: son bienes producidos para ser utilizados en la producción de otros bienes. El factor de producción generado por el humano. Dentro del capital hay que distinguir entre:
- Capital físico o real, que son esos bienes que sirven para producir otros bienes, como pueda ser la maquinaria o un local comercial
- Capital financiero, que son los recursos monetarios a disposición de la actividad económica
- Capital humano, que es el conjunto de destrezas, conocimientos y actitudes desarrolladas por el trabajador en base a su experiencia y formación.
- Iniciativa empresarial: consiste en la organización del resto de factores productivos. Conocido como el cuarto factor y que recae sobre la figura del empresario.
Así, las empresas transforman una serie de inputs o factores de producción en un producto u output generando “valor” o utilidad en el proceso. Un valor añadido entendido como la diferencia entre el valor del producto y la suma del valor de los factores productivos empleados.
La creación de valor
Por lo tanto, podemos decir que el objetivo de la producción es crear valor, bienes y servicios más valiosos que los recursos que se emplean para producirlos. A medida que aumenta la utilidad de los bienes, tanto real como percibida, aumenta la cantidad que los consumidores están dispuestos a pagar, aspecto clave para la obtención de beneficios por parte de la empresa. El aumento de valor o utilidad puede tener varios orígenes:
- Utilidad de forma: resultado de transformar las materias primas en productos acabados. Este tipo de utilidad se crea mediante la fabricación.
- Utilidad de lugar: hace posible una prestación en el sitio adecuado. Esta utilidad se crea por el transporte y la distribución.
- Utilidad de tiempo: hace posible una prestación en el momento adecuado. Se crea mediante el almacenaje.
- Utilidad de posesión: transfiere la propiedad de un bien a la persona que desea consumirlo. Se crea por la venta y entrega del producto.
- Utilidad de información: es el resultado del conocimiento de un producto y sus características, de lo que se ocupa el área de marketing y atención al cliente.
Michael Porter, considerado por muchos uno de los más influyentes autores sobre la estrategia empresarial, propone el concepto de cadena de valor en su obra Estrategia competitiva de 1980. En ella descompone el proceso de creación de valor en una serie de eslabones que categoriza entre actividades primarias y auxiliares aportando el siguiente esquema.
Las actividades primarias guardan relación con el proceso de creación o transformación física del producto y la generación de la utilidad. Sin embargo, es imprescindible contar con el apoyo de las actividades auxiliares de corte transversal a todas las áreas funcionales de la empresa. Con Porter gana importancia la percepción de la producción como un sistema, un conjunto de elementos organizados, que interactúan y guardan relaciones de interdependencia.
Objetivos de la función productiva
Los objetivos de la función productiva, es decir, los resultados del sistema de producción a la hora de obtener determinados bienes y servicios. se pueden sintetizar en los siguientes ítems:
- Eficiencia. Se trata de obtener un producto con mínimo coste. Para ello se necesita conocer y controlar los costes de producción así como los cálculos de productividad.
- Calidad. La calidad define el valor del producto y hay que entenderla tanto desde una perspectiva interna (fabricar el producto conforme a lo planificado), como externa (capacidad de satisfacción de las necesidades del cliente).
- Rapidez. Depende del tiempo de entrega, que es el tiempo que tarda la empresa en entregar el producto o servicio en el lugar y la fecha en los que el cliente lo necesita. Es la eficacia.
- Flexibilidad. Se refleja en la habilidad de la empresa para proponer nuevos productos o la capacidad para producirlos adaptados a los gustos cambiantes del mercado. La producción flexible consigue ofrecer productos nuevos para responder de manera rápida y ajustada a la demanda de sus clientes.
Volviendo a los factores que la empresa emplea para llevar a cabo su actividad productiva, la producción de una empresa depende de la cantidad de factores productivos empleados y de la forma en que estos son combinados, es decir, de cómo se utilizan según una tecnología, una organización y unos métodos o procedimientos productivos.
Cuando hablamos de tecnología, nos referimos no solo a la maquinaria y la electrónica empleada en el proceso productivo, sino también a la forma de combinar los medios humanos y materiales para la producción. En el estudio de la Economía, la tecnología tiene una segunda acepción, y es el conjunto de procesos, procedimientos, equipos y herramientas utilizados para la producción de bienes y servicios.
Así, empresas con la misma maquinaria y herramientas pueden utilizar tecnologías distintas, a través de otros procedimientos y formas de organización, que les lleven a obtener más cantidad de producto usando la misma cantidad de factores productivos, es decir, que les lleven a ser más eficientes.
Y es que una de las decisiones clave que debe tomar el empresario es precisamente esta: ¿Qué tecnología escoger? ¿Cómo combinar los factores productivos? Esta decisión la tomará según un criterio de eficiencia, lo que es lo mismo, del máximo aprovechamiento de los recursos, y para ello analizará la eficiencia técnica y económica, que se explica en este otro artículo, y se ayudará de los cálculos de productividad que se explica en este otro artículo.