La estructura económica y financiera de una empresa se centra en qué tiene la empresa y cómo lo ha obtenido. Ambas perspectivas son esenciales para entender la salud y funcionamiento del negocio. Vamos a desglosar los conceptos:
Estructura económica
La estructura económica se refiere al uso de los fondos dentro de la empresa. Es decir, en qué se ha invertido o empleado el dinero. Esta sección está representada por el activo de la empresa, que incluye:
- Activo no corriente: Son bienes y derechos que permanecen en la empresa durante un largo periodo de tiempo. Por ejemplo:
- Maquinaria.
- Instalaciones.
- Vehículos.
- Propiedades inmobiliarias.
- Activo corriente: Se refiere a bienes y derechos que son más líquidos o se usan en el corto plazo, como:
- Materias primas.
- Productos terminados en almacén.
- Dinero en efectivo o cuentas bancarias.
- Derechos de cobro a clientes (como facturas pendientes de pago).
En resumen, la estructura económica muestra dónde están los recursos de la empresa y qué utilidad tienen para la actividad productiva.
Estructura financiera
La estructura financiera detalla el origen de los fondos de la empresa. Aquí diferenciamos dos grandes categorías:
- Patrimonio neto (fondos propios): Son recursos aportados por los socios o generados por la empresa, que no tienen que ser devueltos. Ejemplos:
- Capital social: dinero aportado por los socios en el inicio o ampliaciones de capital.
- Reservas: beneficios no distribuidos que se reinvierten en la empresa.
- Subvenciones recibidas de entidades gubernamentales.
- Pasivo (fondos ajenos): Son recursos prestados que sí deben devolverse, normalmente con intereses. Se dividen en:
- Pasivo no corriente: Deudas que se deben devolver en un plazo mayor a un año, como préstamos hipotecarios o a largo plazo.
- Pasivo corriente: Deudas con vencimiento a corto plazo (menos de un año), como créditos bancarios o pagos a proveedores.
Relación entre ambas estructuras
Para garantizar el equilibrio financiero, la empresa necesita que su estructura financiera sea adecuada para sostener su estructura económica. Por ejemplo, financiar activos no corrientes (como maquinaria) con fondos permanentes (patrimonio neto o pasivo no corriente) asegura que no haya problemas de liquidez en el corto plazo.
Te propongo un ejemplo para ayudarte a entenderlo. Imagina que una empresa compra una máquina por 100,000 € (activo no corriente). Para financiarla:
- Aporta 60,000 € de capital social (patrimonio neto).
- Solicita un préstamo a largo plazo de 40,000 € (pasivo no corriente).
Este es un ejemplo claro de cómo se interconectan la estructura económica (qué hace la empresa con el dinero) y la financiera (de dónde obtiene ese dinero).
Entender esta dualidad, esta correspondencia entre ambas estructuras, no solo permite analizar la situación actual del negocio, sino también tomar decisiones estratégicas como la adquisición de nuevos activos o el diseño de planes de financiación. De alguna forma es el engranaje que mantiene a la empresa en movimiento.