En Economía, se define bien público como aquel cuyo uso no puede ser restringido a ningún individuo ni reduce el consumo de otro individuo. Son los bienes que cumplen los que llamamos:
- Principio de no exclusión: No podemos excluir del uso del bien a individuos determinados.
- Principio de no rivalidad: El uso del bien por parte de un individuo no reduce la capacidad de satisfacción de cualquier otro.
Un ejemplo clásico de bien público, utilizado en manuales de Economía desde John Stuart Mill a Paul Samuelson es el faro marítimo. No podemos excluir a un barco de orientarse con la luz del faro para no acabar naufragando; es el principio de no exclusión. Tampoco el hecho de un barco aviste el faro reduce su utilidad para otros barcos; es el principio de no rivalidad.
Es importante destacar un aspecto que suele llevar a confusión, lo que define un bien público es su consumo y no quién lo produce. Puntualizo este aspecto porque es habitual creer que un bien público es aquel financiado desde el Estado, y no es así. Un bien público es la luz solar, cumple los dos principios mencionados, pero no veo yo un Estado capaz de financiar la energía que genera el Sol.
Un ejemplo clásico de bien público, utilizado en manuales de Economía desde John Stuart Mill a Paul Samuelson es el faro marítimo. No podemos excluir a un barco de orientarse con la luz del faro para no acabar naufragando; es el principio de no exclusión. Tampoco el hecho de un barco aviste el faro reduce su utilidad para otros barcos; es el principio de no rivalidad.
Es importante destacar un aspecto que suele llevar a confusión, lo que define un bien público es su consumo y no quién lo produce. Puntualizo este aspecto porque es habitual creer que un bien público es aquel financiado desde el Estado, y no es así. Un bien público es la luz solar, cumple los dos principios mencionados, pero no veo yo un Estado capaz de financiar la energía que genera el Sol.
Otra cosa es que muchos de ellos, por la no excluibilidad y la no rivalidad en los bienes públicos, tengan que acabar siendo producidos por el Estado porque ninguna empresa se haría cargo por no ser rentables. Si no puedo excluir a un usuario de utilizar el bien que vendo, ¿Cómo puedo hacerle pagar su precio? Y por otro lado, si nadie me exige el pago, no sería raro que aparecieran gorrones o polizones, o lo que en Economía los anglosajones llaman free riders.
Esta es la razón de que la existencia de bienes públicos sea considerada un fallo del mercado. La no excluibilidad y no rivalidad en el uso del bien desemboca en dos situaciones de ineficiencia en el mercado:
- No se produce el bien. Si no se puede restringir su uso será difícil cobrar por él y obtener beneficio. Recordemos el problema del “free rider” o polizón, individuos que aprovechan la no excluibilidad para hacer uso de bienes sostenidos con recursos de otros.
- El bien se produce, pero en una cantidad insuficiente. La no rivalidad implica que los individuos tiendan a valorar menos el bien y esto puede hacer que el demandante ofrezca un precio menor y, si eso se generaliza, puede hacer que el productor no obtenga beneficios o incluso tenga pérdidas al no cubrir los costes fijos.
En cualquiera de los dos casos no se alcanza el nivel de producción eficiente ya que, desde el punto de vista de la eficiencia técnica nos se están aprovechando al máximo los recursos disponibles y, desde el punto de vista del bienestar, es posible mejorar el bienestar de algún agente sin reducir el de otro, lo que justifica, a ojos de muchos economistas, la intervención estatal en la economía.
¿Qué puede hacer el Estado?
En estas situaciones, en las que la iniciativa privada produce una cantidad inferior de bien y servicios de la que demanda la sociedad, es el Estado el que suministra estos bienes y servicios por razones de interés público. Además, el Estado proporciona otro tipo de bienes y servicios como el ejército o la justicia que, dada su importancia estratégica y para el sostenimiento de la democracia, han de ser gestionados directamente por la Administración Pública. La producción de estos bienes y servicios públicos y su puesta a disposición de la sociedad se concretan de varias formas:
- mediante producción propia: justicia, policía, ejército, educación, etc.
- adquiriéndolos a las empresas privadas para después distribuirlos gratuitamente entre población: redes de alumbrado, carreteras, puentes, etc.
- subvencionando parcialmente su adquisición: sanidad, viviendas sociales, etc.