Este artículo puede ser considerado una continuación de este otro en el que introducía la relación entre división del trabajo, especialización e interdependencia.
En ese artículo podíamos ver que entre estos tres aspectos se creaba una especie círculo virtuoso entre división del trabajo, especialización, progreso técnico, excedente e intercambio, en el cada uno de ellos favorecía el desarrollo del siguiente. Este desarrollo tenía consecuencias positivas y negativas. Entre las positivas, el progreso técnico y las mejoras en eficiencia como principales consecuencias positivas. Entre las negativas, la excesiva interdependencia.
Esta interdependencia y la generación de un excedente favoreció el intercambio de bienes y de servicios entre agentes económicos que terminó coordinándose en la institución que denominamos mercado, y de la que puedes saber más leyendo este otro artículo. Pero también llevó bajo el brazo una necesidad de comunicación y transporte más eficiente, lo que a su vez promovió el desarrollo de ciudades y economías urbanas.
Hay que aclarar que este proceso no es algo puntual que ocurriera de forma aislada o durante un periodo concreto de la historia sino todo lo contrario, es un proceso muy vivo que no solo no ha tenido freno desde su inicio, sino que se ha visto acelerado desde la recolución industrial que se inicia en el s. XVIII.
Con el tiempo, las ciudades no han dejado de crecer siendo cada vez más grandes y complejas y con una mayor interdependencia entre las diferentes industrias y servicios. Hasta el punto de que no hace mucho que hemos pasado a tener más del 50% de la población viviendo en áreas urbanas cuando en 1960 solo lo hacía el 34%. Para 2030 se estima que el 75% de la población mundial vivirá en ciudades, todo un reto para la organización económica, no solo desde el lado de la producción y los recursos productivos, sino también del consumo y los desequilibrios y la gestión de los residuos que ambos generan.
A continuación os muestro un mapa en el que aparecen las difrentes ciudades que se han ido creando a lo largo de la historia, ordenadas cronólogicamente según la fecha en la que se data su origen y representadas por un círculo de tamaño proporcional a su población que albergaron. ¿Pero qué se considera ciudad? El mapa utiliza el volumen de población, pero los mínimos cambian en función de la época. Tiene sentido, una ciudad de 10.000 habitantes en la actualidad no es tan importante como podía serlo hace 3000 años.
En el mapa considera como «ciudad» aquellas poblaciones:
- con más de 10.000 habitantes desde los años 3.500 a.C. a 1000 a.C.
- con más de 100.000 habitantes entre el años 1000 a.C y 1000 d.C
- con más de 1.000.000 habitantes desde el año 1000 en adelante.
Es un mapa muy útil para obtener una idea bastante clara acerca de la expansión de los grandes asentamientos y la explocsión del crecimiento de las ciudades en los últimos cientos de años.