La función financiera de la empresa es, básicamente, el cerebro detrás de las decisiones de inversión y financiación. Aunque el término puede sonar seco y técnico, en realidad se encarga de algo tan emocionante (o aterrador) como manejar el dinero. Sin esta función, una empresa sería como un barco navegando sin timón… o mejor dicho, con un timón hecho de cartón.
El departamento financiero tiene dos tareas principales, y no, ninguna implica imprimir dinero (aunque sería tentador). Por un lado, debe determinar cuánto se necesita invertir y en qué áreas. Por ejemplo, comprar una máquina para producir galletas puede sonar como una inversión razonable si diriges una panadería. Por otro lado, debe decidir cómo financiar esas inversiones, ya sea con fondos propios, préstamos bancarios o buscando a algún familiar generoso con espíritu de “business angel”.
Aquí viene lo interesante: la función financiera no es solo cuestión de gastar dinero en cosas bonitas como oficinas con vistas o sillas ergonómicas. También debe asegurarse de que esas inversiones generen más dinero del que costaron, de lo contrario, adiós empresa.
Resumiendo, podemos destacar que el departamento financiero de una empresa tiene siempre dos funciones principales:
- Evaluar las inversiones necesarias iniciales que requiere una empresa al inicio de su actividad, así como las que posteriormente prevea que son necesarias para seguir funcionando. El objetivo de estas inversiones conseguir una rentabilidad.
- Seleccionar las fuentes de financiación a las que se va a recurrir para poder llevar cabo todas las inversiones necesarias. El objetivo es es conseguir los fondos suficientes y al menor coste posible para realizar las inversiones.
En esta unidad que comenzamos ahora estudiaremos en más profundidad que es eso de financiación e inversión, su impacto en la estructura de la empresa, los tipos de inversión que la empresa puede realizar y con qué instrumentos cuenta para sustentar el gasto que generan.
Para llevar a cabo estas tareas de forma sostenible, la función financiera debe mantener el equilibrio entre ingresos y gastos, porque si no, vienen los problemas. Podemos decir que la función financiera es como el adulto responsable de la empresa: no muy divertido, pero absolutamente necesario para que todo funcione sin que el negocio termine en el más absoluto de los fracasos.