Como ya explicaba en este otro artículo sobre el proceso productivo, un proceso de producción es el conjunto de operaciones y transformaciones que resultan en la obtención de un bien. Los productores o empresarios, en su intento de alcanzar el máximo beneficio, idearán el proceso productivo que, dentro de las posibilidades técnicas, les permita maximizar productividad y calidad, al mismo tiempo que minimizan los costes y el tiempo de producción.
Existen múltiples configuraciones del proceso productivo, casi diría que una por cada bien producido y por cada productor, pero a efectos didácticos es útil agruparlos o clasificarlos en base a ciertos criterios o características en común. Se han propuesto muchas clasificaciones de los procesos productivos, pero merece la pena destacar aquí la propuesta por un autor español de relevancia, Eduardo Pérez Gorostegui, y que suele encontrarse en un buen número de manuales de Bachillerato. Propone una clasificación en base a diferentes criterios:
- Según la utilización del factor humano.
- Procesos manuales. Utilizan principalmente el factor trabajo, como un peluquero.
- Procesos mecánicos. La producción se realiza combinando trabajo y capital, como es el caso de un alfarero.
- Procesos automáticos. El factor trabajo se reduce al mínimo, por ejemplo, una tienda de vending.
- Según la extensión temporal.
- Procesos continuos. La producción se produce sin interrupciones, ya que pueden dañar los elementos del sistema. Un ejemplo son las centrales nucleares o las fundiciones de metal.
- Procesos intermitentes. Se producen detenciones en la producción. Por ejemplo, aquellas líneas de envasado que se utilizan para diferentes productos.
- Por proyectos. Se organiza equipos de trabajo para un proyecto en concreto, como es el caso de los arquitectos o la industria naval.
- Según la producción obtenida.
- Producción simple. Solo se obtiene un producto a partir del proceso productivo.
- Producción múltiple. Se obtiene más de un producto al producir.
- Según la configuración del proceso productivo.
- Por talleres. En esta configuración, los productos pasan por distintos talleres o estaciones de trabajo donde se les aplican una serie de actividades homogéneas. Cada taller está especializado en una tarea específica, y los productos pueden pasar varias veces por el mismo taller si es necesario. Piensa en un taller mecánico que repara un coche después de atropellar a un jabalí, como me pasó a mi ayer mismo. Primero será necesario u peritaje del seguro, luego la reparación de las partes mecánicas y por último, al taller de chapa y pintura.
- En cadena. En esta configuración, los elementos se disponen siguiendo una secuencia lógica de producción. Cada estación de trabajo realiza una tarea específica y el producto se desplaza de una estación a otra en una línea continua.
- Posición fija. En esta configuración, el bien permanece en una posición fija y son los trabajadores y las máquinas los que se desplazan para realizar las tareas necesarias. Este tipo de configuración es común en la producción de bienes grandes y complejos, por ejemplo un navío.
- Según la demanda del producto.
- Para el mercado. La empresa evalúa la aceptación que tendrá su propuesta en el mercado y decide qué, cuánto y cuándo producir.
- Por encargo. El cliente es quien decide qué producción quiere, la cantidad y el momento. Por ejemplo, si vas a comprarte un traje a medida.
- Según la continuidad en la obtención del producto. Esta es sin duda la clasificación más extendida.
- Por proyectos, cuando se obtiene uno o pocos productos con un largo período de fabricación. La configuración de proyectos es la que se emplea para la elaboración de servicios o productos “únicos” y de cierta complejidad (petroleros, aviones, autopistas, líneas férreas, etc.), que se obtienen a partir de la coordinación en el uso de unos inputs que suelen ser de gran envergadura.
- Por lotes, cuando se obtienen productos diferentes haciendo uso de unas mismas instalaciones. En función del tamaño de los lotes fabricados se puede subdividir en:
- configuraciones Job-Shop. Se producen amplia variedad de productos de poca o nula estandarización, es decir, que son “a medida” o con muchas opciones personalizadas. Se emplean, por tanto, equipos de escasa especialización.
- configuraciones Flow-Shop (en masa). Se trata de fabricación de grandes lotes de un reducido ancho de gama, es decir, con opciones, pero técnicamente homogéneos, usando para ello las mismas instalaciones y en cuyo proceso de obtención se requiere una secuencia similar de operaciones. En este caso la maquinaria es mucho más especializada que en los anteriores, dándose una alta inversión en capital, así como una mayor automatización y homogeneidad de los procesos que en la configuración Job-Shop.
- Continua, producción de flujo continuo en el que se eliminan los tiempos ociosos y de espera, de forma que siempre se están ejecutando las mismas operaciones, en las mismas máquinas, para la obtención del mismo producto, con una disposición en cadena o línea. Cada máquina y equipo están diseñados para realizar siempre la misma operación y preparados para aceptar de forma automática el trabajo que les es suministrado por una máquina precedente, que también ha sido especialmente diseñada para alimentar a la máquina que le sigue. Existe por tanto un sistema integrado; cada tarea a realizar puede ser diferente, pero éstas y la forma en que se ejecutarán, han de considerarse simultáneamente. La homogeneidad del proceso y la repetitividad de las operaciones son altas. En la fabricación continua no se suele incurrir en paradas de la producción, es más, en algunos casos, una parada del proceso podría originar graves perjuicios a la maquinaria como por ejemplo en centrales nucleares, la industria de la extrusión del aluminio o la extracción y refinado del petróleo.
Es habitual ver cómo, a medida que se avanza en el ciclo de vida de los productos, sus procesos de producción evolucionan de un tipo a otro para adaptarse a los nuevos volúmenes, existencia de economías de escala, necesidades competitivas y de inversión, etc.